Vivimos tiempo complicados. Está de más decir que el COVID-19 nos tiene a todos vueltos del revés. La Feria del Libro de Las Palmas, que tendría que haberse celebrado en mayo o junio de este año, ha sido anunciada para octubre, más concretamente para la semana del 7 al 12 y está anunciada ya la apertura de la mano de Almudena Grandes y Yolanda Arencibia. Como novedad, este año se celebra en el Parque Santa Catalina y no en el San Telmo, lugar tradicional de este evento cultural que tanto me gusta. Este año, el autor destacado y celebrado será Benito Pérez Galdós.
Como decía en la primera línea de esta entrada, vivimos tiempos complicados. Hoy empiezan mis hijas en el cole y es pura incertidumbre. Nadie sabe nada, el colegio está aún a medias con las medidas de prevención y el plan de contingencia, las clases no están preparadas… Pero insisten en que el curso tiene que empezar, por encima de la opinión de padres y profesores, sin pensar si los niños merecen sufrir la ansiedad que nos embarga a los padres ante esta situación caótica.
Repuntes a la vista…
Dicen los medios de comunicación que se espera un nuevo repunte en octubre o noviembre, quizás surgido, precisamente, de este loco comienzo de curso, por lo que yo, con todo el dolor de mi corazón, me pregunto si realmente es viable celebrar un evento como la Feria del Libro, que reúne a miles de personas cada año, tal y como está el patio con el bichovirus. Además, con múltiples eventos en espacio cerrado, anunciados en el museo Elder del mencionado parque. En la nota de prensa se anunciaba que se cumplirían todas las medidas de protección frente a posibles contagios, con aforos limitados, etc, pero, ¿cómo vas a limitar la afluencia en el exterior? ¿Van a eliminar las casetas de los libreros, principal atractivo de este evento? ¿Cómo van a evitar que la gente se entretenga a mirar portadas, leer sinopsis o charlar con los libreros y amigos? Si hicieran esto están destruyendo la esencia misma de la feria.
¿Cómo van a evitar que la gente se entretenga a mirar portadas, leer sinopsis o charlar con los libreros y amigos?
Así pues, ¿cuál es la prisa por organizar una Feria en tiempos tan convulsos? Entiendo tan bien como el que más que el sector hay que reactivarlo, que la cultura tiene que ponerse en marcha pero, ¿por qué no hacer una feria virtual, por ejemplo? La cosa no está para reuniones hoy y no sabemos cómo va a estar mañana, a menos de un mes para la fecha prevista para la celebración. Sinceramente, y ojalá me equivoque, me parece una temeridad.
Tengo amigos libreros, escritores y editores, y a todos ellos les deseo que esta crisis no se los lleve por delante. Hago todo lo posible por apoyarlos, sobre todo comprando libros, pero dudo mucho que acuda a esta Feria, ni como autor ni como lector. Me han ofrecido presentar a un compañero y he rechazado la oferta hasta ver si las cosas mejoran, pero mucho tienen que mejorar. Cada semana cambia el escenario de la pandemia y, a día de hoy, no me siento seguro.
Y ahora pregunto. ¿Y tú? ¿Vas a ir a la Feria?